El papelón de la CNMV y BME en la marcha de Ferrovial
Cotizar en Wall Street en acciones ordinarias potenciará el valor de Ferrovial y aumentará sus inversores
El Gobierno tira la toalla con Ferrovial: no puede justificar que se vaya sólo por motivos fiscales
Los mercados creen que si Sánchez sigue en el Gobierno tras las elecciones habrá más ‘casos Ferrovial’
El cambio de sede de Ferrovial a los Países Bajos sigue dando mucho que hablar, aunque el Gobierno ha tirado la toalla y se ha resignado a lo inevitable, como adelantó OKDIARIO. Un aspecto que ha quedado en evidencia esta semana es el del mercado: nuestra Bolsa (el holding BME, propiedad de la suiza SIX) tiene unas limitaciones enormes y la CNMV, la policía del mercado teóricamente independiente, se ha convertido definitivamente en una mera comparsa del Gobierno.
Empezando por BME, nuestra Bolsa lleva años de capa caída. Apenas hay nuevas empresas que salgan a cotizar, más allá de alguna pequeña tecnológica, algo en lo que también influyen sus elevados costes; ni siquiera las socimi inmobiliarias -que deben cotizar para tener ventajas fiscales- salen a Bolsa en España, sino que prefieren París. Y los volúmenes de negocio siguen una senda continuamente descendente, algo que se agrava por impuestos absurdos como la tasa Tobin.
Es decir, tenemos un mercado poco atractivo, poco líquido, caro y alejado de los grandes centros financieros en que se fijan los analistas y bancos de inversión, lo que hace que los precios no reflejen ni de lejos el valor real de las grande multinacionales españolas. La propia Ferrovial considera que salir a Wall Street puede elevar su valor entre un 30% y un 40%, ahí es nada.
BME pudo entrar en Euronext
Es cierto que se trata de un problema de toda Europa. Otras grandes empresas -sobre todo británicas tras el Brexit como el gigante Shell, pero también alemanas (la gasista Linde)- se plantean hacer las maletas rumbo a Nueva York. Pero no es igual de grave en todos los países. Los mercados que forman parte del holding Euronext -París, Milán, Ámsterdam, Bruselas, Lisboa, Dublín y Oslo- tienen una conexión directa con la Bolsa de Nueva York (NYSE) de la que carece BME. Y aunque esta semana, qué casualidad, el mercado español ha anunciado una mejora de las interconexiones, éstas seguirán sin incluir a Wall Street.
BME podría haberse integrado en Euronext hace años; de hecho, hubo negociaciones para una fusión en 2019. Y también con la Bolsa de Frankfurt. Pero los gestores de nuestro mercado lo descartaron y acabaron vendiendo en 2020, en plena pandemia, al holding al gestor de la Bolsa de Zurich, mucho más pequeño y menos abierto a otros mercados, como ha quedado demostrado.
Una operación en que tuvo mucho que ver el blindaje de 2 millones que los suizos concedieron al actual consejero delegado de BME, Javier Hernani, y que el Gobierno autorizó alegremente a pesar del escudo antiopas. Una decisión que criticó el presidente de la Mutua, Ignacio Garralda (en ese momento consejero del BME): consideró que era un éxito para los accionistas de la Bolsa, pero no para España. Palabras proféticas.
Lo de la CNMV
En cuanto a la CNMV, su presidente, Rodrigo Buenaventura, va cuesta abajo y sin frenos en un remedo del mandato de su antecesor, Sebastián Albella. Ambos empezaron muy bien (son hombres de mercado y no políticos como todos los presidentes anteriores), pero las cosas se torcieron en cuanto tuvieron que enfrentarse a situaciones complicadas. En el caso de Albella, fueron las opas sobre DIA y sobre Liberbank. En el de Buenaventura, ha sido el asalto del Gobierno a Indra.
En una de las resoluciones más sonrojantes que se recuerdan al organismo -y lleva bastantes en su historia-, Buenaventura dijo que veía «cooperación» pero no «concertación» -échale guindas al pavo- entre la SEPI y el fondo Amber, el dueño de Prisa al que Pedro Sánchez ha dado entrada en Indra para ver si por ese lado recupera las enormes pérdidas sufridas en el pozo sin fondo de la editora de El País y la Cadena Ser. Y como no ve concertación, no les obliga a lanzar una opa por el 100% de la tecnológica, como les obliga la ley.
Ahora, con el asunto de Ferrovial, ha vuelto a ponerse al servicio del Gobierno diciendo que para cotizar en Wall Street no hace falta salir de España. Toma, claro. Pero, como ha explicado OKDIARIO, las empresas españolas que cotizan en Nueva York desde hace muchos años lo hacen mediante ADR, unos certificados de depósito de las acciones españolas, que es un mercado en el que no se fijan los gigantes de la inversión y que no permite a los valores entrar en los índices bursátiles norteamericanos.
Y lo que quiere hacer Ferrovial es cotizar en igualdad de condiciones con las empresas estadounidenses, precisamente para evitar esas desventajas. Y para eso, es mucho más práctico estar domiciliado en los Países Bajos y cotizar en Ámsterdam (cuestiones fiscales al margen). Si la CNMV contribuyera a dar seguridad jurídica en vez de hacer lo contrario y si BME pensara más en las empresas españolas que en sus accionistas y consejeros, podrían evitarse salidas como la de Ferrovial. Pero en estas condiciones, es de esperar que veamos más casos; y los veremos seguro si Feijóo no es capaz de formar Gobierno y estamos condenados a otros cuatro años de Sánchez.